Nuevo estudio vincula la dieta de las aves con la salud de los bosques

Por Mary Kate McCoy

Cuando tienes hambre y estás lejos de casa, podrías encontrarte siendo menos selectivo con lo que comes.

No es así para las aves. Cuanto más lejos están del núcleo de sus hábitats, más selectivas se vuelven, según un estudio pionero realizado por Conservation International, la Universidad de Canterbury, la Universidad Estatal de São Paulo y otros socios, que investigó el comportamiento alimentario de casi 100 especies de aves en seis continentes.

Resulta que las preferencias alimenticias de las aves están altamente relacionadas con los factores de estrés ambiental, y los cambios en su comportamiento podrían tener un gran impacto en los bosques y otros ecosistemas críticos que dependen de las aves para dispersar semillas, dijo Camila Donatti, experta en clima de Conservation International y coautora del estudio.

Los investigadores se sorprendieron con los resultados.

“En general, las aves buscan frutas que se ajusten perfectamente al tamaño de su pico, para que puedan simplemente agarrarlas e irse”, dijo. “Pensábamos que en el núcleo del hábitat de las aves, donde los individuos suelen pasar la mayor parte de su tiempo, serían más selectivos con la fruta que comen, ya que hay una mayor variedad de ellas”. No del todo. Donatti y otros descubrieron que cuando las aves están en los bordes de sus hábitats, lidian con factores de estrés como nuevas condiciones climáticas, diferentes depredadores o competencia por los recursos.

Foto: CI, René Villanueva

 

“Debido a que estar en los límites de sus hábitats es estresante, tienen que ser muy cuidadosas al comer exactamente las plantas que les van a dar el mayor retorno de inversión”, agregó. “Esencialmente, se vuelven más selectivas porque no tienen energía que desperdiciar. Eso significa que comen la fruta más grande que pueden meter en su pico con el menor esfuerzo”.

Si bien los hallazgos pueden parecer muy específicos, su importancia va mucho más allá de las preferencias dietéticas de las aves. Esto se debe a que las aves juegan un papel crucial en la dispersión de semillas a nuevas ubicaciones. Cuando tragan fruta, vuelan y llevan las semillas a otros lugares para que germinen. De hecho, las aves dispersan las semillas de aproximadamente el 90 por ciento de las plantas tropicales.

“Las aves son animales extremadamente importantes para mantener la salud de un ecosistema”, dijo Donatti. “Cuando las semillas pasan por sus intestinos, pasan por un proceso químico y físico que en realidad facilita la germinación y, a su vez, el crecimiento de nuevas plantas”.

Sin embargo, el cambio climático y las actividades humanas, como la agricultura y el desarrollo urbano, amenazan con interrumpir el ciclo entre las aves y las plantas al destruir hábitats y empujar a las especies a los bordes de su rango, y más allá. Esto podría crear un desajuste entre los tipos de aves en un área determinada y el alimento disponible para ellas.

“Las aves se reproducen más rápido en comparación con las plantas y pueden volar a través de grandes áreas”, agregó Donatti. “Frente al cambio climático y la pérdida de hábitats, su distribución podría alterarse mucho más rápido que el tiempo que probablemente tardarían en ajustarse las plantas. Y sin aves para dispersar sus semillas, los árboles y plantas en un área van a morir a largo plazo, lo que tendría un efecto dominó dramático en ecosistemas enteros, como los bosques que almacenan carbono”.

Los investigadores pasaron cientos de horas recolectando datos para el amplio estudio, dijo Donatti, cuya investigación sobre aves en el Pantanal brasileño se utilizó en el artículo. Ella estima que su conjunto de datos por sí solo incluyó casi 900 horas de observación de aves.

Colectivamente, estos esfuerzos están ayudando a los científicos a construir el panorama general de cómo funcionan las especies en la naturaleza, y cómo detalles aparentemente pequeños, como lo que comen las aves, pueden afectar el ecosistema en general. “La biodiversidad es la columna vertebral de la naturaleza”, continuó Donatti. “Y si estos sistemas se desequilibran, no funcionarán de la manera que esperamos y no proporcionarán los servicios esenciales de los que dependemos, desde alimentos hasta agua limpia y regulación del clima”.

“Si vamos a proteger eso, tenemos que entender cómo funciona”, puntualizó Donatti.