El trabajo de CI impacta en la gestión de la conservación de las Áreas Protegidas
marzo 11, 2021
Resolución Presidencial aprueba los lineamientos para la implementación de los Acuerdos de Conservación como una herramienta de gestión para todo el Sistema de Áreas Naturales Protegidas en el Perú.
© Renato Ghilardi
Hace más de 10 años CI Perú comenzó su trabajo en el Bosque de Protección Alto Mayo (BPAM), un área que en el 2009 era una reserva de papel con solo cuatro guardaparques y una historia conflictiva de ocupación ilegal por parte de colonos migrantes y el aumento de las tasas de deforestación. Mucho ha cambiado desde entonces. Ahora más de 1100 familias han firmado acuerdos de conservación y diversificado sus economías, contribuyendo a una reducción de la deforestación del 59% dentro del área protegida.
El secreto detrás de este logro ha sido el modelo de acuerdo de conservación de CI adaptado para encajar en su compleja realidad, un modelo innovador puesto en práctica por más de una década y que ha cosechado beneficios evidentes para las personas y la naturaleza. Sus resultados no han pasado desapercibidos para el gobierno peruano, que ahora ha institucionalizado e incorporado el modelo de acuerdo de conservación como una herramienta de gestión dentro del Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SINANPE). "Este es un paso clave para seguir ampliando el impacto del trabajo de Conservación Internacional, que hoy sirve como ejemplo para las áreas protegidas de Perú", comenta Luis Espinel, Vicepresidente de CI Perú.
La idea de desarrollar un conjunto de directrices para SINANPE surgió hace casi cinco años, viendo lo que estaba sucediendo dentro del BPAM, no solo con respecto a los impactos positivos, pero convirtiendo a la población local que solía oponerse a la administración estatal de bosques, en aliados para su conservación. Con el objetivo de generar confianza, se firmaron acuerdos de conservación entre las familias locales y la autoridad del área protegida, como una forma de compartir herramientas de conservación que contribuyan a su protección, pero a su vez, ayuden también a consolidar sus aspiraciones personales. Adicionalmente, se ha diseñado cuidadosamente el costo beneficio del modelo para proporcionar una mayor precisión sobre qué tan "justos" deben ser los incentivos con el fin de establecer un éxito y un acuerdo a largo plazo donde ambas partes perciban un beneficio equivalente.
© Renato Ghilardi
"El haber entrado en un contexto tan desafiante como el BPAM nos hizo mejorar el modelo, y aunque no todas las situaciones son tan complejas y arriesgadas, ha sido posible definir un modelo que después de 10 años es un mecanismo que demuestra eficiencia y eficacia en cómo construir una relación con la población local", dice Braulio Andrade, Director de Gestión de Proyectos de CI Perú.
Las directrices del acuerdo de conservación adoptadas por el SINANPE proporcionan un instrumento para gestionar el territorio que incluye no solo los recursos naturales, sino el acceso a los servicios, las posibles alianzas con el sector privado, el acceso a la financiación pública; y ofrece la posibilidad de firmar acuerdos con terceros fuera de las áreas protegidas, convirtiéndose en un mecanismo mucho más fuerte para articular oportunidades sostenibles en las zonas de amortiguamiento y fortalecer las medidas de conservación. En la actualidad, más de 600 familias participan en actividades económicas sostenibles con café, pitahaya, miel y ecoturismo, por mencionar algunas, que han canalizado más de $1.5 millones de fondos públicos hacia el BPAM.
Los próximos pasos se centrarán en trabajar junto al Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNANP) para ayudarles a fortalecer la implementación de los acuerdos de conservación en las áreas protegidas del Perú y trabajar juntos para construir mecanismos financieros que puedan canalizar más fondos públicos a socios de conservación, mejorando su calidad de vida y sus metas de conservación.