La vainilla ante la adversidad
julio 5, 2022
Sonríe a pesar de la adversidad. Sonríe aunque todo parezca cuesta arriba. Sonríe. Kelly Quispe Delgado es madre de cuatro niños, es viuda desde hace muy poco y la vida se le ha presentado más dura que a muchos, sin embargo, parece una hormiguita del bosque incansable. Allí la vemos, con sus botas de plástico, bien parada, lista para ir a su media hectárea donde cosecha vainilla y cacao.
© Conservación Internacional/Aura Guío
Pero la vainilla la tiene enamorada. Le ha despertado curiosidad y pasión. La ve como una esperanza porque es un mercado que paga bien y que tiene futuro. El precio por kilo oscila entre los 100 y 120 soles, y la calidad es muy importante.
En la zona de la cuenca del Alto Mayo hay más de cinco especies, pero se promueve el cultivo de la Vanilla pompona, y allí está Kelly, menudita, concentrada y esforzada. Sabe que con un buen cuidado, la paga será mejor. No se rinde.
Es una de las 60 beneficiadas de Conservación Internacional y su socio implementador ECOAN (Ecosistemas Andinos) que desde 2019 trabajan con la vainilla junto a la población local, para brindarles mayores alternativas de ingreso de la mano del bosque, y reducir su vulnerabilidad ante el cambio climático.
© Conservación Internacional/Aura Guío
Hay presencia en 5 comunidades nativas awajún: Alto Mayo, Shampuyacu, Huascayacu, Alto Naranjillo y Morroyacu. Ella pertenece a Alto Mayo.
“Me gusta trabajar la vainilla, lo hago con cuidado porque corta, pero es un producto que paga bien, y eso significa poder dar a mis hijos una mejor calidad de vida y qué más va a querer una madre”, dice esta mujer de corazón inmenso.
Gracias al bosque, agrega Kelly, es posible tener esperanzas, por lo que recomienda cuidarlo y no depredarlo. “A nosotros nos han enseñado a amar el bosque, a admirar su riqueza”, termina, con una sonrisa en el rostro.