Nuevo estudio permite conocer la salud del océano en Santa Elena y Manabí
enero 23, 2020
or primera vez en la historia se realiza un estudio para medir el Índice de la Salud del Océano (IdSO) en las provincias de Manabí y Santa Elena. Con un método cuantitativo se califican diez metas de aspectos ambientales, económicos, sociales y culturales, que permiten conocer el estado actual del océano, para mejorar la toma de decisiones en el medio marino y costero de estas provincias.
Del martes 21 al miércoles 22 de enero del 2020, se llevó a cabo en Manta el Tercer y Cuarto Taller sobre la Estimación del Índice de Salud del Océano (IdSO) de Manabí y Santa Elena. El objetivo de estos encuentros fue socializar los resultados preliminares del estudio sobre el IdSO que fue calculado a partir de un proceso participativo con expertos técnicos, investigadores y tomadores de decisión
El primer día se desarrolló el taller con el sector productivo incluyendo a empresarios, pescadores, y entidades rectoras del sector, y en el segundo día participaron las autoridades y delegados de instituciones públicas.
Con esta metodología se busca conocer la salud del océano desde una perspectiva integral que incluye al ser humano como eje principal, para orientar una gestión sostenible alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). “El estudio será una herramienta clave para mejorar la gestión de los servicios y aprovechamiento responsable de los recursos que proporciona el ecosistema” recalcó Luciano Ponce, Subsecretario encargado de Gestión Marina y Costera del Ministerio del Ambiente durante la apertura del segundo día del taller.
Para elaborar el índice se analizaron 10 metas sobre los beneficios y servicios que brinda el océano relacionados a la provisión de alimentos, las oportunidades de pesca artesanal, sus productos naturales, la capacidad de secuestro de carbono, los medios de vida, el turismo, el agua limpia, la biodiversidad, el sentido de pertenencia y la protección costera. Por cada una de estas metas se combinó datos oficiales, públicos y accesibles, considerando un periodo de al menos cuatro años para medir su estado actual, las tendencias, las presiones y la capacidad de resiliencia.
Uno de los principales hallazgos que se evidencia en la zona de estudio, es que la ecología, la dinámica oceanográfica, la presencia de ecorregiones y la biodiversidad, favorece al puntaje total que ubica en 73 y en 71 para Santa Elena y Manabí respectivamente. “Somos muy afortunados de tener un océano donde convergen las principales corrientes del Pacífico oriental lo que nos conduce a altas tasas de biodiversidad y que permite mantener mayor resiliencia de las especies a los cambios de temperatura por el cambio climático” mencionó Mario Hurtado, Consultor de Biótica.
Sobre la meta de provisión de alimentos, se observa “una disminución de las especies que en las década de los ochenta sustentaban la pesca industrial de pelágicos pequeños como las sardinas del sur (Sardinops sagax), la pinchagua (Opisthonema spp.) y la macarela (Scomber japonicus,), incluso algunas han desaparecido de los registros como la sardina que desde la última década no aparecen en las estadísticos oficiales” mencionó Mario Hurtado. Por otro lado, hay casos como el atún en los que se observa incrementos en los registros de captura, de tal manera que se ha logrado posicionar al Ecuador como un país atunero en las últimas décadas. Para esta pesca existe un esquema de manejo a nivel internacional que establece sistema de cuotas y temporadas de pesca, lo que ha ayudado a mantener el recurso.
En el aspecto social se evidencia que se ha logrado reducir sustancialmente los índices de pobreza extrema que en el año 2010 se ubicaba en 16.7 en Manabí y 12.3 en Santa Elena mientras que en el 2016 se registró en 6.6 y 6.5 respectivamente. A pesar de este avance, aún no se ha logrado cumplir con la política pública que es llegar al cero porciento de pobreza extrema. Datos complementarios al índice muestran que en el sector pesquero artesanal se observa mayor movilización de recursos financieros a través de las instituciones de crédito principalmente privadas, lo que indica que se evidencian mayores oportunidades para el sector.
En el estudio se evidencia una preocupación generalizada en relación a la meta de mantener un océano con aguas limpias, debido a problemas de conservación que no han sido resueltos principalmente en lo que respecta a las aguas servidas domésticas e industriales. En el taller los actores resaltaron esta preocupación y la necesidad de fortalecer un manejo costero integrado y la gestión conjunta entre entidades locales.
El estudio en Santa Elena y Manabí es realizado por Conservación Internacional Ecuador (CI-Ecuador) con apoyo de Biótica, en el marco del Proyecto Iniciativa de Pesquerías Costeras que se ejecuta junto al Ministerio del Ambiente, el Ministerio de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca, PNUD Ecuador con el financiamiento del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por su siglas en inglés).
Se espera que este método cuantitativo ayude a conocer el estado de salud del océano para poder comprender cómo la gestión incide en el ecosistema marino y costero para mejorar la toma de decisiones y asegurar océanos más saludables para el futuro de la población.
Contacto de prensa:
Belén Vallejo, Coordinadora de Comunicaciones
mvallejo@conservation.org